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La contaminación del agua es lo peor. Si por generaciones, día tras día, año tras año, los químicos, las toxinas y las lejías fluyen hacia nuestras aguas, ríos o suelo, no se puede lavar. […] Fluirá hacia nuestros ríos y a las aguas subterráneas. Contaminará nuestra comida y los vegetales. Ingeriremos las toxinas. […] Y quienes aún comen personas peces pueden sufrir y enfermarse a veces. […] El veneno los hará sufrir y quedarán discapacitados. Será realmente malo. Entonces, protegemos el ambiente no para los otros sino para nosotros mismos.
